La fiesta de verano de Unite se ha convertido ya en toda una tradición. Y para muestra de ello, de los más de 700 empleados de la empresa, unos 450 se reunieron a orillas del lago Schladitz, al norte de Leipzig. Nadie quiso perderse la ocasión de reencontrarse en un entorno único tras un paréntesis de tres años. Entre los asistentes había algunas caras nuevas, como la de Christel Constant, que ha entrado a formar parte de la Junta Directiva recientemente.
Pero no todo fue ocio. Los días previos a la fiesta estuvieron repletos de talleres para aprender y conocer mejor lo que hacen los demás compañeros. Muchos de los equipos presentaron los proyectos en los que están trabajando, lo que sirvió para aportar nuevas ideas de cara al futuro.
Las oficinas de Unite, Timonhaus y Städtisches Kaufhaus, volvieron a estar rebosantes de actividad con empleados procedentes de 26 países. Para algunos ha sido la primera y última vez que las visitarán, ya que el próximo año se inaugurará el nuevo edificio de Unite, también céntrico y a tan solo unos minutos a pie de las oficinas actuales.
El viernes 8 de julio, el lugar elegido para el evento acogió a la gran familia de Unite. El buen tiempo se hizo de rogar durante toda la semana, pero llegó a tiempo para la fiesta y regaló a los asistentes una hermosa puesta de sol con vistas al lago.
Hay mucho que celebrar, decía Ezequiel Berto, proveniente de Argentina: «Llevamos trabajando desde casa desde la primavera de 2020. Hay que seguir teniendo cuidado, pero esto ha sido un soplo de aire fresco. Algunos de nosotros llevamos ya tiempo en el equipo, pero aún no nos conocíamos en persona».
La noche estuvo amenizada por un grupo de música que tocó en directo e hizo las delicias de quienes se animaron a bailar. Otros prefirieron sacarse fotos en el fotomatón colocado en un lugar estratégico junto a la carpa de la fiesta. La alegría era la nota predominante, sobre todo entre quienes optaron por pasar la noche en el camping situado junto al precioso lago y evitar así el viaje de vuelta en bus a Leipzig.
«Tener la oportunidad de asistir a la fiesta de verano y de pasar toda la semana rodeado de compañeros me ha unido más a Unite y a su gente», comentaba Rachit Gurung, procedente de Nepal.
Algo similar le ha pasado a Christel Constant, que aprovechó la ocasión para dirigirse a todos los presentes momentos antes del inicio de la celebración.
En Unite, me han recibido con los brazos abiertos. Me ha encantado conocer a empleados de distintas partes del mundo y vivir en primera persona el buen ambiente de la empresa.
Belinda Grace Fischer, que colabora como freelance para Unite desde 2021, también se mostró impresionada: «¡Ha sido mi primer viaje de empresa! Como traductora autónoma, que un cliente cuente contigo para una actividad así es poco frecuente. Eso lo hace aún más especial».
Este evento ha puesto el broche de oro a la primera mitad del año. Con las pilas cargadas y llenos de ilusión, afrontamos lo que queda de 2022.